Este ensayo trata de definir la singularidad del pensamiento de Zambrano. Para ello se usan dos procedicimientos. El primero se centra en el estudio de los diferentes generos discursivos que privilegia Zambrano. A Zambrano le interesan los generos filosoficos en los que la vida para tener acceso a la verdad tiene que ser seducida y disciplinada por ella. Esta actitud, como demostro Foucault, va a contrapelo del intento de la filosofia moderna de crear un corte definitivo entre la espiritualidad y la filosofia donde las condiciones de acceso a la verdad son metodologicas y no espirituales. El segundo de estos procedimientos tiene como su eje central el estudio del concepto de nomos, que se recupera de Hobbes y Carl Schmitt. Segun este concepto, las normas, las leyes, los ideales, los paradigmas, el sentido contienen en su prehistoria un anclaje terrenal concreto; el gesto politico primigenio: circunscribir un territorio, definir unas fronteras, distinguir entre lo nativo y lo foraneo. Antes que se postule una norma, un deber ser, un ideal para todo lo que hay, la tierra ya ha sido dividida, parcelada, el espacio propio y el ajeno, el amigo y el enemigo, han sido definidos. Estos dos procedimientos, el estudio de los generos filosoficos que prefiere Zambrano y del nomos, se reunen en la reescritura del mito de Antigona que hizo la autora malaguena.